¿Dónde estáis? Era un lunes como otro cualquiera, con una mañana simple y una tarde que nadie se esperaba. Eran las 16:30 y casi todos estaban en clase. Como de costumbre, llegué tarde, y el profesor de primera hora no me dejó pasar y me mandó ir a la biblioteca. En cuanto abrí la puerta de la biblioteca no ví a nadie, lo que me pareció bastante raro ya que no soy el único que llega tarde. Tampoco había ningún profesor de guardia de esos que me suelen mandar a dirección, porque en la biblioteca “hay que estar en silencio”, y básicamente, yo no cumplo las reglas. Lo primero que se me ocurrió, fue subir a clase y avisar al profesor. Justo cuando llegué a clase y abrí la puerta, me sorprendí bastante al ver que ni el profesor ni los alumnos estaban en el aula. Se me ocurrió ir hasta secretaría, pero, como ya de costumbre en ese día, tampoco había nadie. Subí a los baños y me encontré a Rubén, mi mejor amigo, mirándome desde el fondo del pasillo.-¡Rubén! ¿Sabes dónde están todos? Gir