Relato ganador 2º ESO C
¿Dónde estáis?
Era un lunes como otro cualquiera, con una mañana simple y una tarde que nadie se esperaba.
Eran las 16:30 y casi todos estaban en clase. Como de costumbre, llegué tarde, y el profesor de primera hora no me dejó pasar y me mandó ir a la biblioteca. En cuanto abrí la puerta de la biblioteca no ví a nadie, lo que me pareció bastante raro ya que no soy el único que llega tarde. Tampoco
había ningún profesor de guardia de esos que me suelen mandar a dirección, porque en la biblioteca “hay que estar en silencio”, y básicamente, yo no cumplo las reglas. Lo primero que se me ocurrió, fue subir a clase y avisar al profesor.
Justo cuando llegué a clase y abrí la puerta, me sorprendí bastante al ver que ni el profesor ni los alumnos estaban en el aula. Se me ocurrió ir hasta secretaría, pero, como ya de costumbre en ese día, tampoco había nadie. Subí a los baños y me encontré a Rubén, mi mejor amigo, mirándome desde el fondo del pasillo.-¡Rubén! ¿Sabes dónde están todos?
Gire la cabeza y volví a ver hacia Rubén, pero él ya no estaba…
Fuí hasta secretaría y llamé a mi madre, algo raro en este lunes me parecía normal, fue que me cogió.
-¿Hola?
- Hola mamá, soy Álvaro. No hay nadie en el instituto…
- Busca Álvaro. Solo tienes que buscar…
Y con esa respuesta mi madre me colgó.
Decidí salir del instituto e irme hacia casa, pensando que Natalia, mi hermana pequeña, ya había llegado del colegio.
Pero no, tampoco estaba. Me empecé a preocupar, ya que no había nadie. Fuí hacia la cocina y me encontré el juguete favorito de mi hermano, “Batman” al que se le movían los brazos con solo pulsar un botón. Me acerqué hasta él y este empezó a moverse sin que yo lo pulsase. Cuando esto pasó, fui
corriendo hacia mi habitación, asustado. Me tumbe en la cama y gire mi vista hacia la puerta, asustado al ver algo que no me esperaba!. ¡Un hombre estaba en la puerta!.
-¿Quién eres? -pregunté.
Este, sin responderme, me cogió del brazo y me llevó a la calle. Ví como todo había vuelto a la normalidad.
-¿Por qué ahora están todos aquí y antes no había nadie?
-A veces, la vida te sorprende. Quien sabe, a lo mejor siempre han estado aquí, y tú no te has dado cuenta. Solo te tienes que despertar.
Y así fué. Desperté. Todo había sido un mal sueño. Bajé a la cocina y estaban mi madre, mi padre, mi hermana Natalia y mi hermano Carlos.
Después de desayunar, fui a clase. Saludé a Rubén y me fuí a mi sitio. Al levantar la cabeza, el hombre que me había visitado estaba a mi lado, pero, por lo visto, solo yo lo veía, ya que nadie más que yo lo miraba. Él, solamente se fue alejando sin parar de mirarme hasta llegar a la puerta, sin
que nadie notase su presencia al pasar por su lado. Abrió la puerta, me sonrió, y siguió su camino. Yo le sonreí y seguí atendiendo a la clase.
Zoe Vielfaure Davila
Lucía Seijo Pérez
Paula Vázquez Muñoz
2º ESO C
Era un lunes como otro cualquiera, con una mañana simple y una tarde que nadie se esperaba.
Eran las 16:30 y casi todos estaban en clase. Como de costumbre, llegué tarde, y el profesor de primera hora no me dejó pasar y me mandó ir a la biblioteca. En cuanto abrí la puerta de la biblioteca no ví a nadie, lo que me pareció bastante raro ya que no soy el único que llega tarde. Tampoco
había ningún profesor de guardia de esos que me suelen mandar a dirección, porque en la biblioteca “hay que estar en silencio”, y básicamente, yo no cumplo las reglas. Lo primero que se me ocurrió, fue subir a clase y avisar al profesor.
Justo cuando llegué a clase y abrí la puerta, me sorprendí bastante al ver que ni el profesor ni los alumnos estaban en el aula. Se me ocurrió ir hasta secretaría, pero, como ya de costumbre en ese día, tampoco había nadie. Subí a los baños y me encontré a Rubén, mi mejor amigo, mirándome desde el fondo del pasillo.-¡Rubén! ¿Sabes dónde están todos?
Gire la cabeza y volví a ver hacia Rubén, pero él ya no estaba…
Fuí hasta secretaría y llamé a mi madre, algo raro en este lunes me parecía normal, fue que me cogió.
-¿Hola?
- Hola mamá, soy Álvaro. No hay nadie en el instituto…
- Busca Álvaro. Solo tienes que buscar…
Y con esa respuesta mi madre me colgó.
Decidí salir del instituto e irme hacia casa, pensando que Natalia, mi hermana pequeña, ya había llegado del colegio.
Pero no, tampoco estaba. Me empecé a preocupar, ya que no había nadie. Fuí hacia la cocina y me encontré el juguete favorito de mi hermano, “Batman” al que se le movían los brazos con solo pulsar un botón. Me acerqué hasta él y este empezó a moverse sin que yo lo pulsase. Cuando esto pasó, fui
corriendo hacia mi habitación, asustado. Me tumbe en la cama y gire mi vista hacia la puerta, asustado al ver algo que no me esperaba!. ¡Un hombre estaba en la puerta!.
-¿Quién eres? -pregunté.
Este, sin responderme, me cogió del brazo y me llevó a la calle. Ví como todo había vuelto a la normalidad.
-¿Por qué ahora están todos aquí y antes no había nadie?
-A veces, la vida te sorprende. Quien sabe, a lo mejor siempre han estado aquí, y tú no te has dado cuenta. Solo te tienes que despertar.
Y así fué. Desperté. Todo había sido un mal sueño. Bajé a la cocina y estaban mi madre, mi padre, mi hermana Natalia y mi hermano Carlos.
Después de desayunar, fui a clase. Saludé a Rubén y me fuí a mi sitio. Al levantar la cabeza, el hombre que me había visitado estaba a mi lado, pero, por lo visto, solo yo lo veía, ya que nadie más que yo lo miraba. Él, solamente se fue alejando sin parar de mirarme hasta llegar a la puerta, sin
que nadie notase su presencia al pasar por su lado. Abrió la puerta, me sonrió, y siguió su camino. Yo le sonreí y seguí atendiendo a la clase.
Zoe Vielfaure Davila
Lucía Seijo Pérez
Paula Vázquez Muñoz
2º ESO C
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